Las primeras temporadas fueron muy decepcionantes sin que en ningún momento se diese la circunstancia de pensar en el ascenso a Primera División. Sin embargo, la directiva no dejaba de reforzar el equipo con jugadores de calidad, resaltando algunas incorporaciones como las de en la temporada 1930-31 en la que llegaron Ricardo Gallart y Vicente Tonijuán -jugador que luego pasó a realizar funciones de entrenador con notable éxito- y, sobre todo, el que fue el mejor goleador del Real Oviedo y uno de los mejores de España: Isidro Lángara; o los llegados en la edición 1931-32, Julio Fernández Casuco y Galé.