En casi todas las ocasiones, los estudiantes cambian de un filial a otro de los controlados por Genova sin cobrar un solo euro ni ascender al primer equipo. Se trata de un acuerdo astuto para Genova, ya que no tiene instalaciones deportivas propias, y para sus estudiantes, que regresan a su país de origen con una imagen que atestigua que han jugado en las categorías inferiores de grandes clubes como el Torino, el Rayo Vallecano o el Inter de Milán, lo que los hace más atractivos para los equipos locales.