Su padre subió fotos y vídeos de su hijo jugando con la rudimentaria camiseta a Facebook, lo que provocó que se hiciera viral y llegara hasta el mismísimo Messi quien, amablemente, le hizo llegar una equipación de la selección junto con otra del Barcelona firmadas. Ahmadi era un niño de tan solo cinco años de edad que vivía en Joguri, un pueblecito de Afganistán donde, al no disponer de los recursos necesarios, se fabricó su propia elástica a partir de una bolsa de plástico a la que dibujó los colores de la selección argentina y el nombre del astro del fútbol.