Desde entonces, y ya recibido de notario, Caffarena dedicó el resto de su vida a apoyar a Boca, creando la agrupación barrial Amigos de la República de La Boca. La calificación de la 12 «El jugador número doce» que se ganó la parcialidad de Boca Juniors data de 1925, con motivo de la gira europea que realizó ese año. Durante la misma Caffarena ayudó al equipo en todo: hizo de técnico, de delegado y de masajista, estableciendo tal grado de relación con los jugadores, que éstos los nombraron «Jugador Número 12». Al volver a la Argentina, Caffarena era tan conocido como los mismos jugadores.